Las alteraciones de la vascularización y los edemas que se producen a nivel corporal son frecuentemente motivo de consulta fisioestética, aunque generalmente sean alteraciones de tratamiento médico. Por ello, el profesional de la fisioestética, deberá realizar una observación detallada para remitir a la consulta médica si fuera necesario. Una vez determinada la causa de la alteración y su posible tratamiento médico, el fisioterapeuta podrá colaborar en el tratamiento, siempre con el consentimiento médico.

Para entender mejor esta patología hagamos un breve recordatorio: la función de las venas dentro del sistema circulatorio periférico es la de retornar la sangre, una vez que el organismo ha aprovechado todos los nutrientes y oxígeno que transporta, al corazón.

Las venas que están por encima del corazón cumplen este cometido de manera sencilla gracias a la gravedad pero en el caso de las venas de las piernas esa función se realiza teniendo que vencer la fuerza de la gravedad.

Es por ello que el organismo dispone de una serie de válvulas que, ayudadas por las contracciones de los músculos, impiden el reflujo de la sangre hacia los pies y que se acumule en venas y capilares.

Cuando existe una insuficiencia venosa las válvulas dejan de funcionar correctamente dando lugar, como manifestaciones más frecuentes, a varices y edemas en miembros inferiores.

Si ya de por si estos trastornos son molestos o incluso dolorosos, el aumento de temperatura local provocada por el sol hacen que quienes los padecen sufran un auténtico tormento por estas fechas.

En Tambell, utilizamos protocolos de tratamiento personalizados que incluyen:

– DLM

– PRESOTERAPIA

– MASAJES CIRCULATORIOS

– MASCARILLAS ESPECÍFICAS

Así como seguir unos consejos básicos que ayudan a paliar este problema:

– Hacer ejercicio aeróbico de bajo impacto al menos media hora al día (caminar, nadar, montar en bici…).

– Beber al menos 2 litros de agua diarios.

– Disminuir el uso de la sal y vigilar los alimentos envasados pues suelen llevar mucho sodio.

– Un hábito muy sano y que sienta muy bien es estirar conscientemente todos los músculos del cuerpo a la hora de levantarse, los pone en movimiento de forma suave y hace que se oxigenen. Después de una noche de sueño y de poca actividad física es bueno poner la sangre en movimiento.

– Terminar las duchas con agua fría para acelerar la circulación sanguínea.

– Si se tiene un trabajo en el que debemos estar sentados o de pie mucho tiempo procurar moverse unos minutos cada hora o poner los pies en alto de vez en cuando. No vestir ropas que nos opriman las piernas o la cintura.

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